El Carnaval es una fiesta conocida mundialmente por los disfraces, un medio de expresión que muchos niños valoran y disfrutan. Descubre cómo hacerlo sin dejar de inculcar valores positivos ni de enseñar tradiciones.
La mayoría de los centros educativos incluyen siempre alguna actividad relacionada con la fiesta del carnaval, y ello tiene varias razones de ser. La tradición, la fiesta, el trabajar con la imaginación de los más pequeños… ¿Puede ser la educación en valores un elemento más de ese cóctel? La respuesta es sí.
El Carnaval es una fiesta de tradición popular que se remonta siglos atrás. Es un acontecimiento que tiene lugar una vez al año, por lo que, desde la escuela, no podemos obviar que el Carnaval existe y que es una fiesta en la que participan pequeños y grandes.
Desde la escuela, se debe aprovechar el interés del niño y la niña por esta fiesta y trabajarla de forma globalizada. Así, la época de Carnaval supone una fecha ideal para trabajar contenidos del currículo de muy diversas formas. Bien puede trabajarse como centro de interés, como Unidad Didáctica, como Proyecto de Trabajo, como acontecimiento que tiene lugar en el centro… Todo ello depende la concepción metodológica del docente en el aula y del propio centro.
El maquillaje y los disfraces constituyen un elemento motivador para niños y niñas y son un medio idóneo para representar la realidad a través del juego simbólico.
En los últimos años se están produciendo cambios significativos en la vida de las personas que preocupan al conjunto de nuestra sociedad: la degradación del medio, el alto índice de violencia, el consumo indiscriminado, la discriminación hacia las personas por razón de sexo o raza, etc.
Todas estas realidades deben ser contempladas por los centros y el sistema educativo con el fin de proporcionar una respuesta. La escuela ha de trabajar estas realidades para que todos los alumnos y alumnas adquieran una formación integral que los prepare para actuar como miembros autónomos y saludables de la sociedad. Para ello, el Carnaval, junto a la Educación en Valores, es un excelente instrumento.
La Educación en Valores está presente de forma permanente en el aula pero, el Carnaval, puede ser una buena época para trabajarla ya que permite hacerlo de forma divertida.
Los valores que podemos abordar a través de nuestras músicas y letras se pueden clasificar de la siguiente forma:
Educación Moral y Cívica y para la Paz; Educación para la Igualdad de oportunidades entre los sexos; Educación para la Salud; Educación Ambiental; Educación del consumidor y Educación Vial.
